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Channel: La Cantina de Bibiana Faulkner – SinEmbargo OPINIÓN
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Azul plumbago

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Azul plumbago. Ilustración: Tomada de Internet

Azul plumbago. Ilustración: Tomada de Internet

Será que tenía yo tres años –siendo el primer recuerdo nítido que tengo–, cuando volteé a ver a mi madre y me pareció la persona más mirífica del mundo –por no decir lo más mirífico del mundo–. Cariñosa, me colgué de su cuello y solté el primer te amo de mi vida. Desde siempre y hasta ahora, sin importarle mi reacción y enfado, su respuesta ha sido la misma: yo más.

Mi madre, como ya escribí una vez, se fue de casa huyendo del amor que le tenía a mi padre. Dejó la morada tal como las mujeres que llegan a encantarlo todo para después evaporarse: patas p’arriba.

Me refugié en mis hermanos y ellos se refugiaron en mí: extrañábamos a mamá más de la cuenta, entonces, nuestra manera de vengarnos fue jodiéndolo todo: destruyendo la residencia de mis padres, el lugar donde hemos sido más amados. Hartos de la secrecía, rompimos las puertas y repintamos los muros: de azul plumbago a blanco; con cigarros quemamos el legendario comedor de mi madre que había sido de sus padres y con cigarros quemamos la sala. Le prendimos fuego a la casa con nosotros dentro.

Luego nos adaptamos aunque nos tomó algo de tiempo. Nos tomó tiempo acostumbrarnos a no tenerla, dejar de meter Maruchan al microondas, caminar solos de la casa a la abarrotera, no escuchar por un buen periodo música de los setenta, no comprar comida corrida de a $35 el guisado, administrar un hogar que se nos caía a pedazos por el amor que teníamos en pedazos. Nos tomó tiempo comprender el derecho que tienen las personas más hermosas del mundo a desaparecer.

Pasaron los años y nos volvimos duros, egoístas, jueces y verdugos de nuestra mamá morena también color azul plumbago; por eso, a veces cuando escribo me gusta pensar que buena parte de mi redención descansa primero en su perdón y luego aquí en las palabras que son arma y manifiesto.

Será que pienso en ella y me viene, de pronto y a galope, un hermoso caballo salvaje de Dülmen color azul plumbago.


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